Villa Argentina alberga uno de los monumentos emblemáticos de la Costa de Oro, conocido como El Águila por su particular forma de ave. Con un espectacular mirador a la altura de sus ojos, El Águila vigila la playa de Villa Argentina y es un sitio de visita obligada en cualquier época del año.
El monumento encierra una historia tan fascinante como llena de incógnitas. La mandó a construir Natalio Michelizzi -empresario italiano que fue el principal propulsor de la zona de Atlántida- en 1945. La bautizó con el nombre de “Quimera”, y la utilizó como nicho de descanso durante sus estadías en el balneario. Mucho se especula sobre la finalidad verdadera de la extraña construcción: se ha dicho que era un escondite de contrabandistas; que funcionó como capilla; e incluso que fue un enclave nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Juan Torres, el constructor de El Águila, definió su obra en una entrevista, simplemente, como “un capricho... nada más que un capricho de un hombre muy especial”. Parte de su mística es la construcción totalmente artesanal que le dio Torres. Tras la muerte de Michelizzi en 1953, El Águila estuvo abandonada varios largo tiempo. Hace algunos años la construcción fue restaurada por una comisión de vecinos, que la transformaron en un lugar verdaderamente agradable para divisar la playa desde un punto privilegiado.
Las visitas son gratuitas, de 9:00 a 19:30 en verano y de 9:00 a 18:00 en invierno.