.jpg)
El departamento de Colonia tiene en Nueva Helvecia uno de sus destinos más pintorescos. La ciudad fue fundada el 25 de abril de 1862, fecha en que llega el mayor contingente de inmigrantes europeos -principalmente suizos-, que había empezado a llegar a fines de 1861, impulsados por una fuerte crisis económica en su región de origen. Los inmigrantes eran en su mayoría campesinos, los que aportaron sus conocimientos y experiencia creando nuevas industrias. Por el origen de su población, la localidad era conocida como Colonia Suiza, y aún hoy se la llama así.
Atractivos culturales de Nueva Helvecia
Esta ciudad posee una fisonomía muy europea, ya que sus pobladores mantienen un fuerte vínculo cultural y social con las tradiciones suizas, alemanas y francesas de sus orígenes. Las fiestas suizas son celebradas con gran entusiasmo en Nueva Helvecia. El aniversario de la Confederación Helvética se celebra en agosto durante treinta días, comenzando con el llamado de las iglesias evangélica y católica y terminando con un almuerzo familiar, donde se reúnen las autoridades.
La arquitectura de la ciudad posee características peculiares. Cada edificio luce su escudo simbólico que hace referencia a los distintos cantones suizos. También es significativa la gastronomía local, de origen europeo central, con la presencia protagónica de los lácteos y sus derivados, principalmente quesos. Los reconocidos quesos colonia, el semiduro y el dambo fueron introducidos en 1868 por Juan Teófilo Karlen, un suizo que se estableció con su familia en la ciudad en los primeros tiempos.
Aún en la actualidad se mantienen los lazos socio-culturales con Suiza y las costumbres tradicionales de aquel país, como los cantos y la danza.
Historia de Nueva Helvecia
Los primeros pobladores de Nueva Helvecia eran cerca de veinte, salidos de Amberes en Bélgica, el 11 de agosto de 1861. Luego se sumaron unos 600 inmigrantes más. Esta población, proveniente de distintas partes de Suiza y países vecinos, tenía sus costumbres nativas muy arraigadas, por lo que se hablaba en cada casa el dialecto del valle al que pertenecían, pero para la comunicación social se recurría al alemán.
A partir de 1876 se decidió adoptar el español para la enseñanza en la escuela. Pero la ciudad tenía su propio papel moneda, su templo, escuela y cementerio. En poco tiempo lograron autoabastecerse, dedicándose a negocios como la hotelería y la quesería.
|
|
|