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Aguas Dulces es uno de los balnearios más típicos y pintorescos de Rocha, elegido por familias en busca de tranquilidad para pasar sus vacaciones de verano. Comenzó como un conjunto de casas de troncos, paja y juncos edificadas sobre médanos de propiedad fiscal en la costa de Rocha.
Los primeros veraneantes empezaron a llegar en el siglo XIX, pero la fisonomía del lugar tomó forma hacia 1930, cuando se inició la plantación de árboles y de casas sobre palafitos, para soportar los embates del mar. Estas construcciones han sido el emblema del balneario y todavía hoy protagonizan las postales de Aguas Dulces.
El nombre del balneario se debe a los manantiales de agua dulce que existen en distintos puntos de la ensenada de Castillos y cerca del Cerro de Buena Vista. Estos manantiales eran visitados por las embarcaciones durante la conquista y la colonia, que venían a aprovisionarse de agua dulce para luego continuar su viaje. Hasta no hace mucho tiempo se conservaban las cachimbas, construidas con una barrica de madera. “Cachimba y faroles” es el nombre de la calle principal, en honor a los objetos más icónicos de la historia del lugar.
A mediados de la década de 1940 se construyó la actual Ruta 16 que une Castillos con Aguas Dulces, lo que facilitó enormemente el tránsito hacia el balneario. Sin embargo, el desarrollo fue arbitrario, sin planes de urbanización: primero se establecieron los ranchitos de la costa directamente sobre las playas, luego se establecieron las viviendas entre los médanos.
Al comienzo solo había un almacén, luego fue aumentando la actividad comercial con la instalación de más almacenes, el hotel y los demás servicios. Así el balneario fue creciendo hasta convertirse en uno de los clásicos de Rocha, pero manteniendo un perfil tranquilo y familiar incluso en la temporada alta.
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