La ciudad de San Carlos se ubica en el departamento de Maldonado, a unos 15 kilómetros de la capital departamental. Es una pequeña localidad dedicada a la producción artesanal y agropecuaria, conocida por ser una de las más antiguas del departamento, con interesantes sitios históricos para visitar.
Historia de San Carlos
La ciudad fue fundada en 1763 por el Gobernador Pedro Cevallos como parte de su campaña de colonización. En los comienzos se llamó Maldonado Chico, pero finalmente tomó su nombre oficial como tributo al rey Carlos III de Borbón.
Debido a su proximidad con Brasil, San Carlos configuraba un bastión de defensa de la región. La industria agropecuaria floreció desde épocas tempranas, lo que convirtió a la ciudad en un importante abastecedor de la zona este y sur del país. San Carlos tiene la particularidad de ser la única ciudad en resistir el asedio de los ingleses durante las invasiones, rechazándolos en la batalla de 1806.
Atractivos de la ciudad de San Carlos
Iglesia San Carlos Borromeo: Es el templo colonial más antiguo del país, mantenido en su planta original. La primera construcción fue en 1763, aunque su edificación como Iglesia Matriz data de 1804. Además de su interesante arquitectura (que incluye vajillas de porcelanas incrustadas como adorno de las torres), llama la atención el predio de antiguas lápidas ubicado en el jardín detrás de la Iglesia.
Molino Lavagna: Ubicado en el barrio Lavagna, este molino hidráulico se construyó en 1884, en los alrededores del arroyo Maldonado. El arroyo fue represado y se construyó un canal artificial en la margen izquierda para alimentar el molino. En 1928, el molino fue modernizado, luego de un incendio que lo destruyera en parte. Tras la muerte de su propietario en 1931, el molino quedó endeudado, siendo desmantelado para nunca volver a funcionar.
Casona de Don Carlos Seijo: Se sitúa en el barrio Parque Anita en la Ruta 39, sobre el tramo Carlos Seijo. Llegado a San Carlos a los 7 años huyendo del cólera de Montevideo, Seijo adquirió su chacra La Casona en 1869. Fue el primer investigador que se ocupó de difundir la historia de la ciudad. Su casa está rodeada por árboles añejos y hiedras.