A orillas del Arroyo Corrales se ubica Minas de Corrales, una pintoresca localidad del departamento de Rivera, a unos cien kilómetros de su capital. Las minas y los corrales naturales de la zona le dan nombre a la villa, protagonista de la fiebre de oro en Uruguay a fines del siglo XIX.
Historia de Minas de Corrales
La localidad se fundó en 1878, con la instalación de la "Compañía Francesa de Minas de Oro del Uruguay". La riqueza del lugar se había descubierto un siglo antes, cuando José Suárez encontró las primeras pepitas de oro. A inicios del siglo XX era intenso el trabajo de los mineros en las galerías que hoy pasan por debajo de la villa. La localidad creció con la llegada de inmigrantes de varios orígenes, atraídos por la extracción del oro.
En 1916 cesó la explotación de las minas, con lo que cesó el crecimiento del pueblo. La economía volvió a basarse únicamente en la ganadería, que desde los orígenes del pueblo se benefició de los corrales de piedra sobre el arroyo. Pero en 1997 la región aurífera cobró un nuevo impulso: una millonaria inversión multinacional retomó la actividad en la mina San Gregorio. Los recursos aún no se han agotado y la explotación minera sigue en marcha.
Atractivos de Minas de Corrales
La rica historia de Minas de Corrales da varios atractivos interesantes al lugar. Uno de ellos es su peculiar arquitectura: aún se conservan las casas antiguas con las típicas puertas en lo alto de escaleras, para evitar las inundaciones. La calle principal se llama Francisco Davison, en honor a un médico inglés que llegó durante la época del oro para brindar atención sanitaria. También hay un monumento en su homenaje, con la emblemática inscripción: “Todo lo que fue, existe”. Sobre la Avenida principal de la localidad hay un bonito hotel con una extensa área de parque, piscina, solárium, tours guiados y Restaurant (Hotel Artigas, teléfono +598 46582967).
Los sitios de interés siguen en las afueras del pueblo. A 12 kilómetros de la villa están las ruinas de la represa hidroeléctrica de Cuñapirú, la primera en América del Sur, encargada en suministrar energía a la explotación de las minas. Los materiales eran trasladados por unas torres de aerocarril muy modernas para la época, que todavía pueden apreciarse. La represa dejó de funcionar en 1959, cuando murió su operador.
Vale la pena recorrer el magnífico entorno natural de Minas de Corrales, con su gran biodiversidad y sus singulares cerros chatos. El Cerro Miriñaque es uno de los más representativos, nombrado así por su forma similar a los vestidos que usaban las damas antiguamente. Trekking, escalada, birdwatching y cabalgatas son algunas de las actividades que se pueden disfrutar en la zona.
Minas de Corrales queda en el empalme de las Rutas 28 y 29. Se puede llegar desde la ciudad de Rivera a través de la Ruta 28 (85 kilómetros) o por la Ruta 5 hasta el empalme con la 29 (105 kilómetros). La Ruta 5 conecta Minas de Corrales con los departamentos al sur, llegando hasta Montevideo. Desde Montevideo son unos 460 kilómetros.