La extensa y creciente línea de rascacielos lujosos a orillas del mar hace lucir a Punta del Este como una ciudad siempre joven, siempre renovada, siempre al ritmo de la vanguardia. Pero el balneario más glamoroso de Uruguay también tiene su historia, conservada en varias construcciones y monumentos que son testimonio de sus orígenes.
Breve historia y evolución de Punta del Este
Hasta su fundación en 1829 por Don Francisco Aguilar, el lugar era habitado por indígenas. Visionario, rico y alcalde de Maldonado, Aguilar aprovechó los abundantes recursos naturales de la zona para instalar algunas industrias. Era un pequeño pueblo de pescadores, al que llamó "Villa Ituzaingó". Tras la muerte de Aguilar en 1840, la península y la isla Gorriti fueron vendidas a los hermanos Lafone, que continuaron con los saladeros.
En 1907 su nombre pasó a ser oficialmente Punta del Este. Fue el año en que llegaron los primeros veraneantes al pequeño pueblo. Eran familias argentinas y montevideanas a bordo del vapor “Golondrina”. Desde entonces, el desarrollo fue imparable. El Hotel de Pedro Risso (hoy Palace), el Hotel Biarritz (actualmente edificio de apartamentos) y el edificio España fueron los primeros alojamientos del balneario. La Iglesia de la Candelaria empezó a construirse en 1909 y la primera instalación electréctrica se realizó en 1916. El Yatch Club se fundó en 1924.
Hasta entonces un destino tranquilo y lleno de verde, la vida de Punta del Este se transformó hacia 1937 con los primeros restaurantes y boîtes, abiertos por Juanito Dominguez Abad y Alberto "Pintinho" de Moraes Pinto. Es en la década del 40 que Punta empieza a promoverse como destino internacional. El turismo en la Península tuvo una gran expansión en 1980, con la multiplicación de edificios y hoteles que le han dado su fisonomía actual.