Podríamos decir que una de las mejores formas de conocer la cultura uruguaya es a través de su gastronomía, pero si queremos ir un poco más lejos, podemos adentrarnos en una experiencia completa que nos sumergirá en el corazón del Montevideo del siglo XX, en un restaurante que recrea el ambiente, la cocina y la música que caracterizaron la identidad uruguaya.
Este restaurante es Primuseum, una propuesta por demás original, situada en una vieja casa de 1870 convertida en museo de antigüedades, restaurante y salón de tango, donde se ofrece una muestra de los elementos más típicos del Uruguay del siglo pasado, instrumentado en torno a un Menú Degustación único en su clase, integrado por platos genuinamente uruguayos, para dar a conocer lo que es la auténtica gastronomía uruguaya.
Nada más traspasar la reja de la entrada, nos sumergimos en una realidad paralela donde somos transportados en el tiempo, a través de una muestra increíble de aproximadamente 3.000 objetos cotidianos antiguos, que los dueños del lugar, regenteado por Santiago Mazzoni, se encargan de ilustrarnos con datos, historias y anécdotas sugestivas, que nos pintan el panorama cultural del Uruguay del pasado.
Luego de la recorrida, los comensales se ubican en sus respectivas mesas, situadas en los dos niveles del salón comedor, de una casa que fuera restaurada completamente por sus dueños, manteniendo la distribución original y que ofrece un ambiente familiar perfecto para la degustación del menú, compuesto por varios pasos.
La entrada comienza con una picada clásica de fiambres, para pasar a un segundo paso con Bruschettas, el tercero reitera la picada, pero esta vez de achuras, mientras que el cuarto introduce la especialidad de la casa, el exclusivísimo Matambre a la Pizza, un matambre preparado con salsa y mozzarella que no deja a nadie indiferente, al que siguen platos también novedosos como los ravioles de papel de morrón.
Y para coronar la comida, una degustación de postres con los clásicos de la repostería uruguaya, como el Flan con dulce de leche o la Tarta de Manzana, para un dulce final y rematado por un café.
El maridaje perfecto para este menú lo pone el Tannat de la casa, fabricado especialmente por la bodega Fripp de Conchillas, elegido no de forma casual, sino por ser un vino originariamente uruguayo, a diferencia de otras bebidas que se promueven como típicas.
Entre paso y paso, a las 21:45 horas, irrumpe el tango de la mano del Trío Taconeando, integrado por músicos de primer nivel, como el pianista Luis Etchebarne, el bandoneonista Esteban Toth y el contrabajista Germán Álvarez, además de las voces de Gonzalo Irigoyen y Armando Leal, que se alternan noche a noche, junto a otros vocalistas locales. La segunda intervención se realiza a las 23:00 horas, para darle una segunda oportunidad a la nostalgia.
Primuseum nos ofrece un nuevo concepto en gastronomía gourmet, pensado como una experiencia completa, donde todos los sentidos se sentirán halagados desde el comienzo, con una muestra de antigüedades que incluye una colección de más de 300 primus, que da origen no solo al nombre de este restaurante-museo, sino que fuera la chispa creadora de todo el emprendimiento y de la valiosa colección.
Porque todo comenzó con un simple primus, que el patriarca de la familia, Aldo Mazzoni, adquiriera en la feria de Piedras Blancas en 1994, y que resultó ser una pieza de gran valor para los coleccionistas, dando lugar a una especie de trueque que sustituyó al primus original por otros tres que inauguraron la colección a la que se fueron agregando sopletes, botellones de vidrio de los de leche y crema rusa, tan característicos de todos los hogares, latas de galletitas o yerba mate, frascos de caramelos, vajilla antigua de diversa procedencia, que compone el servicio en que se presentan los platos, integrado también por una cubertería igualmente de plata o alpaca.
Entre las piezas de mayor valor, no solo económico sino sentimental, están las mesas y sillas que pertenecieran al mítico café Sorocabana, conjuntamente con una cafetera portátil, de las que utilizaban los vendedores ambulantes y que todavía se mantiene en funcionamiento y es utilizada para servir el café que remata la comida. Aunque la pieza más festejada entre los visitantes es la heladera de Coca-Cola de 1930, que también funciona.
La decoración completa del restaurante es de época, las heladera donde se enfrían las bebidas es antigua, así como los ventiladores que refrescan el local en verano y las estufas que lo calefaccionan en invierno, aunque éstas últimas, reforzadas por un calefactor moderno, para brindar mayor confort al público.
Aunque el público objetivo sea el turista, dado la naturaleza cultural de la propuesta, el público local goza de la misma, tanto o más que los visitantes, quienes toman contacto con las costumbres y usos nacionales a través de esta muestra, mientras que el público local se emociona y rememora momentos de su propio pasado o del de sus mayores.
Esta singular experiencia gastronómico-cultural está pensada para que el público pueda vivenciar el espacio, levantarse, recorrerlo, hacer preguntas, solicitar su tango favorito, sentirse como en su casa, pero atendido y mimado por los anfitriones.
Primuseum está abierto de jueves a domingos a partir de las 20:30 horas, pero para el Día del Patrimonio, este sábado 10 y domingo 11 de octubre, abrirán sus puertas durante el día, para que todo el público pueda acceder a esta experiencia con identidad bien uruguaya.
El restaurante acepta tarjetas de crédito Visa y MasterCard, también pagos en dólares y reales, y para los turistas extranjeros se realiza descuento del IVA.
Dirección: Pérez Castellano 1389
Horarios de apertura: De jueves a domingos, a partir de las 20:30 horas
Teléfonos de reserva: 099 217645 / 2915 6168