Julio Herrera y Reissig nació en Montevideo en 1875 y falleció en la misma ciudad, en 1910. Fue un poeta romántico uruguayo, considerado el líder de la vanguardia modernista dentro de la literatura uruguaya y uno de los grandes nombres de la laureada Generación del 900.
Vida de Julio Herrera y Reissig
Nacido en una familia acomodada de la sociedad montevideana, hijo del Dr. Manuel Herrera y Obes y sobrino del ex presidente Julio Herrera y Obes, se crió deambulando por los salones de la clase alta.
A los 17 años debió abandonar sus estudios formales, debido a una enfermedad congénita complicada con fiebre tifoidea. Su condición lo priva del placer de viajar, con la sola excepción de una breve estancia en Buenos Aires y algunas visitas al interior del país.
A partir de 1900 organiza célebres reuniones literarias en el ático de su casa, que sería conocido como “La Torre de los Panoramas”, centro de visita de personalidades de la cultura del Río de la Plata. Es durante estas reuniones que se encamina de la vanguardia al modernismo y surrealismo, que luego de su muerte lo tornan una referencia en la literatura latinoamericana de la época. Murió con apenas 35 años, sin haber publicado su obra.
La obra de Julio Herrera y Reissig
Dentro de la obra de Herrera y Reissig podemos encontrar ensayos políticos, ficción, poesía y otros géneros diversos.
• “Canto a Lamartine” (1898)
• Epílogo wagneriano a "La política de fusión" con surtidos de psicología sobre el Imperio de Zapicán (1902)
• “Las pascuas del tiempo” (1902)
• “Los maitines de la noche” (1902)
• “La vida” (1903)
• “Los parques abandonados” (1902-1908)
• “Los éxtasis de la montaña” (1904-1907)
• “Sonetos vascos” (1908)
• “Las clepsidras” (1909)
• “La torre de las esfinges” (1909)
• “Los peregrinos de piedra” (1909)
• “Tratado de la imbecilidad del país, por el sistema de Herbert Spencer” (escrito entre 1900 y 1902, editado por primera vez en 2006 por Aldo Mazzucchelli.)
Su lenguaje extremadamente rico se torna barroco por momentos. Tuvo predilección por los temas oníricos, surrealistas, místicos y mágicos. Su obra poética fue reconocida luego de su muerte.