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Cuchilla Alta es uno de los destinos clásicos de la Costa de Oro, mezcla perfecta entre naturaleza agreste y movida veraniega. En pocos años, lo que era casi un monte inexplorado se convirtió en uno de los balnearios con mejores servicios y opciones de ocio de Canelones, sin perder su estilo distendido. Las barrancas sobre la playa con vistas a Piriápolis son la postal registrada de Cuchilla Alta.
Qué ver y qué hace en Cuchilla Alta
Playa: El balneario tiene una bahía de más de tres kilómetros de extensión, bordeada por la característica cuchilla (hasta 120 metros de altura) que le da nombre. La vista es increíble desde cualquier punto de la costanera. El mar es bien verde, con oleaje variado: hay una zona mansa y otra más desafiante, buena para surfear. La playa de arena fina está salpicada por varias formaciones rocosas, desde donde los pescadores tiran sus cañas. Se practica todo tipo de deportes náuticos.
El Chorro: Uno de los puntos emblemáticos del balneario; un chorro de agua dulce que emana entre rocas, sobre la playa, frente al pesquero. Los días de mucho calor es común ver gente refrescándose en el chorro, antes de subir a la playa.
Plaza del Ancla: Es la plaza principal de Cuchilla Alta, donde se puede ver la vieja ancla, todo un símbolo del lugar. A su alrededor se concentran comercios y locales gastronómicos. De noche es el foco de la movida del balneario.
La Llorona: Otro de los emblemas de Cuchilla Alta, sobre la rambla. Es una antigua obra que representa los ojos de una mujer llorando, con chorros de agua vertiéndose como lágrimas. La escultura fue creada en 1934 por Sixto Calavia, inspirado en la Fuente de la Virgen de los Milagros en Fuentes de Ágreda, España, su lugar natal.
Club Náutico: Es uno de los puntos de reunión del balneario. De día, convoca a los amantes de la pesca y los deportes acuáticos. De noche, hay un pub y discoteca que atrae a los más jóvenes.
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