La Plaza de Toros Real de San Carlos es uno de los monumentos históricos más cautivantes de Colonia. Comenzó a construirse en 1908 y se inauguró en 1910. Fue clausurada en febrero de 1912, a raíz de la prohibición de las corridas de toros. La plaza se erige en lo que fuera el antiguo campo militar, cuatro kilómetros al norte de la ciudad, en el barrio Real de San Carlos. Aunque por precaución está cerrada a las visitas del público, vale la pena acercarse para contemplarla desde fuera, mostrando aún vestigios de su magnitud. Por su interesante historia, es uno de los sitios más visitados de la ciudad, un siglo después de su clausura.
Historia de la Plaza de toros
La plaza fue creada por empresarios argentinos que buscaban invertir las corridas de toros, que ya se habían prohibido en su país. Por su estratégica ubicación, Colonia resultaba un destino conveniente para ellos. Cuando la Plaza de Toros se inauguró, la afluencia de público fue masiva, incluso provenientes de Argentina. Durante las corridas, espectadores argentinos se acercaban a la plaza, arribando en buques de vapor que llegaban al muelle del Real de San Carlos. Las instalaciones quedaban desbordadas. Para la primera corrida llegaron toreros españoles, los Bombita (Ricardo y Miguel Torres), que asombraron al público presente. Los toros también fueron traídos de España. Un mes más tarde se realizó la segunda corrida, con un éxito sin precedentes.
La plaza tiene una arena circular de 50 metros de diámetro y está rodeada por dos series de gradas y una fila de palcos, con capacidad para ocho mil espectadores, protegida por grandes arcos de herradura. También contaba con una capilla de la Virgen del Carmen, una sala de juegos y un restorán. La entrada principal lleva directo al Palco Oficial, por medio de la escalera. En la entrada opuesta estaba el acceso de los toros. La plaza está diseñada en estilo morisco español.
La vida de la Plaza de Toros fue breve, pues se realizaron apenas ocho corridas, hasta que en 1912, tan solo dos años después de su inauguración, fue clausurada definitivamente, debido a la prohibición de las corridas de toros por considerarlo un espectáculo sangriento. Actualmente la plaza está en proceso de reciclaje y el ingreso no se permite por riesgos de derrumbe, pero desde el exterior todavía se puede disfrutar de la maravillosa construcción.