El paisaje de Carmelo aumenta su encanto con su rica historia. Carmelo se erige orgullosa como la única ciudad fundada por José Artigas que aún se mantiene en pie. Pero la historia de la localidad se remonta a muchos años antes. En 1527, el conquistador Sebastián Gaboto fundó en el lugar el fuerte de San Lázaro, aunque fue abandonado pronto. No se sabe exactamente dónde estaba ubicada esta primera edificación. En 1611, Hernandarias introdujo ganado a través del arroyo de la zona, que pasó a llamarse Arroyo de las Vacas.
Según algunos historiadores, en 1758 existía un poblado llamado “Las Víboras”, con menos de 200 habitantes; apenas una capilla y ranchos en cuatro manzanas. Desde Purificación, ya en 1816, Artigas ordena el traslado de este pueblo (instalado en un terreno inhóspito) a la desembocadura del Arroyo de las Vacas. Esta nueva localidad tomó el nombre de Pueblo Carmelo, posiblemente por devoción a la Virgen del Carmen, cuya imagen relatan haber visto en el cercano Monte Carmelo. Durante mucho tiempo, se conoció al lugar como “El Carmelo”. Nuestra Señora del Carmen sigue siendo la patrona de la ciudad, y cada 16 de julio se hacen procesiones en su honor.
El pueblo creció durante segunda mitad del siglo XIX: se funda la primera escuela, se crean juntas de vecinos, se instalan los primeros profesionales, se inaugura la Capilla San Roque, comienza el servicio de balsas del arroyo, aparecen los clubes sociales, sale el primer periódico local. El puente giratorio se construyó en 1912, el primero de Uruguay en ser movido a tracción humana. Hoy, con cien años, se mantiene como uno de los iconos de la ciudad.
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