Quizás opacado por la exuberancia de Colonia del Sacramento, Carmelo es un destino con magia propia. Muchos de quienes lo descubren no vacilan en catalogarlo como el pueblo más lindo de Uruguay, un lugar que va enamorando con las bellezas escondidas tras su bajo perfil. Fundado por Artigas en 1816, Carmelo ofrece lagunas navegables, parques interminables, playas fluviales, postales históricas. Un lugar para disfrutar en calma, con mucho más para ver y hacer de lo que la mayoría imagina.
Qué ver en Carmelo
Atracadero y Club de Yates: Como ciudad fluvial, Carmelo es un lugar perfecto para navegar. Hay un excelente atracadero de yates y veleros sobre el Arroyo de las Vacas, atractivo tanto para los deportistas náuticos como para los paseantes que buscan lindos paisajes. El amarradero tiene lugar para 120 yates y todos los servicios necesarios; en el predio arbolado hay zona de camping y parrilleros para pasar el día cuenta con un hermoso atracadero sobre el arroyo de las Vacas.
Playas fluviales: A orillas del Río de la Plata, Carmelo tiene preciosos balnearios de arena fina, muy concurridos en verano. Las playas Zagarzazú y Seré son las más populares, con varias casas de veraneo y montes agrestes rodeando la costa.
Centro: Alrededor de la Plaza de la Independencia se extiende el centro de la ciudad, con varios comercios y paseos históricos y culturales. Hay que visitar la Casa de la Cultura en la antigua casa del coronel Ignacio Barrios, construida en 1845 (esquina Ignacio Barrios y 19 de abril). En la fundacional Plaza Artigas está el Templo del Carmen, la primera iglesia de la ciudad, elevada en 1830 (calles Ignacio Barrios y Carmen).
Puente giratorio: El gran icono de la ciudad es el centenario puente colorado sobre el arroyo Las Vacas (inaugurado en 1912), una obra cumbre de la ingeniería de la época, que permite pasar embarcaciones mediante el giro manual. En 1930 se construyó junto al puente la romántica Rambla de los Constituyentes que lleva al Puerto, un paseo clásico al atardecer con sus glorietas y su atractiva Fuente de las Tentaciones. Al lado del puente giratorio está el Carmelo Rowling Club, emblemática institución deportiva.
Canteras del Cerro: En el Cerro Carmelo encontramos esta deslumbrante planicie de 50 hectáreas, con canteras de granito de 40 metros de profundidad. De aquí se extrajo el material para los adoquines de Carmelo. Hoy el agua de las canteras es un punto atractivo para el buceo y para clavados desde las rocas. El cerro está a 4 kilómetros de la ciudad.
Calera de las Huérfanas: La Estancia Belén o de las Vacas, en torno al arroyo Juan González, conserva los restos de una enorme capilla de piedra con sus muros perimetrales, construidos por los jesuitas en el siglo XVIII. La estancia tuvo entre sus administradores al padre del prócer argentino San Martín. Para llegar hay que tomar el desvío que nace en la Ruta 21, a 13 kilómetros de Carmelo.
Estancia de Narbona: Muy cerca de la Estancia de las Vacas encontramos otra reliquia de la historia regional. Fue comprada por Juan Narbona, quien construyó su casona y oratorio en 1732. La Capilla de Narbona, que aún se puede visitar, es el edificio más antiguo del país. Se ingresa por un camino vecina que empieza en el kilómetro 263 de la Ruta 21.
Bodega Irurtia: Un paseo imperdible para los que aprecian el buen vino. Famosa por la alta calidad de sus vinos varietales, esta bodega familiar funciona desde 1913 y es una de las más tradicionales del país. Las viñas de la Bodega Irurtia ocupan 360 hectáreas, un recorrido espectacular para el turismo enológico. Hay visitas guiadas, degustaciones y venta directa de productos. Los Establecimientos Vitivinícolas Irurtia se ubican a cinco kilómetros de Carmelo, en el kilómetro 2,300 de la Ruta 97, teléfono 4542 2323.
Puente Castells o Camacho: Pintoresco puente histórico sobre el arroyo de las Víboras, a 9 kilómetros de Carmelo. Fue construido en 1858 por Don Antonio Company, allí se cobró el primer peaje del país.