Balneario Solís es el primer destino de playa del departamento de Maldonado, apenas cruzando el Arroyo Solís Grande. Es un balneario elegante pero de perfil bajo, ideal para desestresarse. Empezó a poblarse en la década del cuarenta, cuando se construyeron lindos chalets que se mantienen hoy.
La calma de Solís y sus escenarios naturales variados -mar y agua dulce, montes y serranías- lo convierten en un destino fascinante, con varios tesoros históricos por ser uno de los primeros balnearios de la zona. Un refugio de paz a minutos de las atracciones de Piriápolis.
Qué ver y qué hacer en Balneario Solís
Playas: Arena blanca y fina, vegetación agreste y agua de profundidad media caracterizan a las dos playas del balneario, separadas por la Punta de Solís, conocida como “punta del los pesqueros” por la abundancia de esta actividad.
Al oeste está la Mansa, definida por su doble costa sobre el mar y el arroyo; una playa familiar ideal para baños. Al este, la Brava, con su increíble panorama de Piriápolis y sus olas surfistas, donde el buceo encuentra abundante vida marina para explorar.
Arroyo Solís: Las aguas tranquilas del arroyo son especiales para los deportes náuticos. Es frecuente ver botes que navegan desde Jaureguiberry al balneario, así como aficionados del kitesurf y ski-acuático. El arroyo es navegable hasta los puentes de la Ruta 9, y cuenta con un amarradero. Es también un buen punto de pesca, rico en pejerreyes, dorados, sardinas y burriquetas, sobre todo en la zona de la barra.
Sierra: Alejándonos de la costa, al norte del balneario, comienza la Sierra con su exuberante reserva de flora y fauna autóctonas. El Cerro de las Ánimas y otras elevaciones aisladas invitan al trekking. La base sur de la Sierra está orientada al Balneario Solís, a solo cinco minutos en auto. Allí comienza el camino de ascenso, recomendable para los días más frescos. Desde la cima se puede divisar Punta del Este. Sobre la Ruta 9 hay un parador, “Los Cardos”, con una imperdible vista del Cerro de las Ánimas.
Centro comercial: A lo largo de la avenida principal del balneario (la Ruta 99) hay varios comercios y alojamientos, además de un Club deportivo y un parque infantil. El Restaurante del Club, frente al mar, es una sofisticada propuesta gastronómica, con cocina a cargo de un español que da sus sabores hispánicos al balneario. El imperdible restaurante está en la parada 27, en la calle Charrúa (reservas al 099 378 680).
Circuito histórico: En el límite entre Solís y Bella Vista está la antigua represa, construida en 1930 para evitar las inundaciones. La laguna de la represa, rodeada de juncos, es un lindo escenario natural para conocer. El ex Hotel Solís fue un edificio emblemático en los orígenes del balneario. Aunque es propiedad privada, hay que acercarse a ver su imponente fachada. En frente está el Campo de Aviación, abierto en 1936. El predio del hotel conserva un casco de estancia de 1900. Otras construcciones valiosas son la vieja estación de tren; los chalets “Guarapitá” y “Los Macachines”, de 1932 y 1933; la Capilla Santa Rosa sobre la calle Charrúa, fundada en 1946.